“Buenos días. Quisiera escribir en relación con la conductora del autobús nº 112 (por si me equivoco es uno al que no le funciona el timbre) que habrá llegado a la estación de Moralzarzal entre las 12,45 y las 12,50 de hoy.

En esta época en que es tan frecuente quejarse de todo y, no siempre con razón, quiero poner de manifiesto el extraordinario comportamiento de esta Señorita en el trato dado a todos los pasajeros (por la falta de timbre) y muy especialmente por el trato dado a uno de ellos afectado de parálisis y al que ha ayudado a bajar. Por estar a su lado he podido verlo y oírlo de cerca y su profesionalidad y sobre todo en mi opinión más importante, su HUMANIDAD es merecedora de todo elogio.

Le ruego por favor transmita a dicha Señorita mi felicitación más sincera por su profesionalidad y su comportamiento. Para mí queda la enhorabuena por la suerte de haber estado allí.

Atentamente”